jueves, 27 de agosto de 2009

A Hanny Ossot

Necesito escribir
para vaciar mis penas
en este trozo de papel
ensangrentado de tanto dolor.

Ayer leí tus versos
y sentí tu tristeza
el azul de tus ojos
se quedó en mis retinas
tus gatos
tus pastillas
pulseras de colores adornaban tu cuerpo.

El alma estaba rota
vives cerca de mí
Hanny Ossot
descansa en paz
duerme feliz.

Niña aún


Amaneció descalza
llorando tras la puerta
algo se había perdido
en la carrera insólita
que junto a él emprendió.

Las huellas de sus pies
marcadas en la tierra
regadas por lágrimas
devolvieron la identidad
a aquella mujer niña
inconsolable, perdida, asustada.

Todos tan insensibles
tan ausentes
ignoraron las lágrimas
no miraron las huellas
infelices, ignorantes
desconocen el sufrir
su vida es el ruido
las máscaras
los parlantes repitiendo estupideces
algarabía, mentira, falsedad.

Las lágrimas borraron los recuerdos
las huellas
a ella no la pudieron borrar
y continúa ahí
tras la puerta
esperando.

sábado, 22 de agosto de 2009


La niña, aún descalza permanece frente a la ventana. Sus elásticos brazos intentan atrapar la estrella más luminosa. Los nubarrones que bailan de un lado a otro se la ocultan, juegan con la luz y vuelve la oscuridad. La noche da paso a un amanecer que tarda en llegar. Late el corazón de la niña, fuerte, cada vez más fuerte y ese tic tac de su pecho aleja la esperanza de un mañana mejor.

Los brazos de la niña se alargan y se encogen, al ritmo de sus gemidos. Se duerme y espera el nuevo amanecer.

Parece que sus brazos no bastan para alcanzar la estrella. Necesita un abrazo fuerte, una mano sobre su espalda que la impulse, que de tibieza a su piel helada.

La estrella sigue titilando cada vez más lejos. La niña se envuelve en su cobija de recuerdos y sigue soñando con unos brazos tan, tan largos que le permitan alcanzar la belleza y la fuerza que emanan del firmamento, de Dios.

La turbulencia invade mi pecho
necesito tocarme y sentir la paz
quiero volver a ser yo
y no me alcanzo.

Estiro las manos
abro mis ojos
me palpo
me miro
en algún momento
me encontraré.

Triste es hoy mi amanecer
no brilla ninguna luz
dentro y fuera
hay oscuridad.

De pronto aparece un faro
me guía
me alumbra
y todo se ilumina.

A mis pensamientos, caballos desbocados


Agotados por el esfuerzo
los caballos se detienen
observan alrededor
es lindo lo que ven
verdor
agua cristalina
río hermoso para navegar
mi vida
siempre sintiéndote
a mi lado
amor mío.


Es una historia
sin principio ni fin
un ir y venir
de sucesos
anécdotas
alegrías
dolor.

Pasa la vida
como el agua bajo el puente
se rompe el dique
y corren los dolores
pensamientos que no se dejan atrapar.

Yo sigo sentada
sobre lo que fui
apenas un movimiento imperceptible
de mis caderas
me avisa que sigo viviendo
sin querer recordar el pasado
ruta de vida me aguarda
brazos abiertos esperando mi abrazo
no al hastío
ni a la tristeza
la boca entreabierta en una sonrisa
dice al público
que la función continúa
no ha bajado el telón.

Evocación


Copos de algodón
empañan el brillo
de las semillas de mamón
árboles generosos
que dan sombra
a la tierra que gime
sedienta
anhelando caricias
de gotas del cielo
que se escapan
barridas por el viento.

La calle angosta
de altas aceras
es mudo testigo
de este juego infantil.

Nubarrones que envuelven
rocío que se esfuma
polvareda que esconde
las mudas lágrimas
de la niña
que no puede ver
a través de una cortina de llanto.

Un gran portón cruje
da paso a la alegría

el reencuentro anhelado.


Ya la tierra no gime

bailan sus piedrecitas
acompañando el abrazo
que ilumina
aquel patio brillante
donde los dos se abrazan
bajo el frondoso taparo
expresando su amor.